Te preguntarás, ¿las promociones realmente tienen un beneficio para mi negocio? Te explicamos la lógica con la que funciona esta estrategia que, además de posicionar la imagen de tu marca, te permitirá tener un mejor control de tu inventario. Descubre los elementos a considerar antes de implementar promociones y los tipos que existen.
¿Qué es una promoción?
Es un recurso para generar un aumento de ventas motivando al cliente mediante la oferta de novedad o de cierta emoción; por ejemplo, las compras con descuentos hacen sentir al cliente que obtendrá un mejor rendimiento de su inversión ya sea porque tiene un precio más atractivo que por lo común o da un beneficio extra.
Las promociones funcionan para que los clientes prueben los productos, lo cual te ayudará a capturar su atención de manera natural para futuras ventas.
¿Cómo implementar promociones?
Las promociones no son para solucionar el tiempo de ventas bajas pues se deben implementar de forma planificada y por temporadas fijas calculando que haya un rendimiento positivo de la oferta del producto, ya con los regalos y porcentaje de rebajas aplicados y gasto de las campañas.
Deberás escoger el momento indicado para realizar eventos de rebajas virtuales como Hot Sale, Buen Fin, entre otros, o por temporadas: si tu producto tiende a usarse más en una época del año puedes aprovechar para implementar promociones, por ejemplo, la venta de trajes de baño y accesorios para playa que son mayormente solicitados en verano. También puedes hacer promociones adaptadas a tus necesidades semestral o trimestralmente, para que las rebajas te ayuden a movilizar el stock que ha quedado estático.
Entre más clara y puntual sea tu promoción tendrá mayores probabilidades de éxito, por lo que se recomienda que cada lanzamiento de difusión sea de un solo producto exclusivo; evita realizar promociones en las que se incluyan dos productos diferentes y sobre todo respeta tus términos, nada es más contraproducente que un cliente atraído por una promoción que no es válida.
Para evitar malos entendidos siempre proporciona la información esencial en cada promoción: cómo se puede participar, en qué consisten los beneficios, su duración, restricciones o limitantes.
Tipos de promociones
Las promociones no todo el tiempo se enfocan en el precio, si bien bajar los precios es la más común debes recordar que la finalidad de esta estrategia se centra en el beneficio que obtendrá el cliente con una menor inversión. Te mostramos los tipos de beneficios que puedes ofrecer:
- Precio: se trata de disminuir el costo ya sea con ofertas de 2×1 o 3×2, o descuentos. La finalidad es crear sentido de urgencia de compra, pero solo puede efectuarse por un periodo breve para no afectar la rentabilidad del producto.
- Obsequio: consiste en agregar un producto extra a la compra sin costo alguno, lo que aumenta el atractivo de la transacción. Considera que debes cotizar cuál es la capacidad de inversión que te puedes permitir en ese obsequio para no desequilibrar tus finanzas.
- Demostraciones: esta es una manera muy sutil y la mayoría de las personas la hemos experimentado: es cuando estás en un centro comercial y te regalan una muestra o te hablan sobre un servicio. En general sirve para dar a conocer tu producto por medio del marketing experiencial.
- Cupones: esta estrategia puede asegurarte una venta futura y si la vuelves constante podría ser una manera de fidelizar a tus clientes. El problema es que en ocasiones se pueden extraviar los cupones u olvidar, por lo que se recomienda distribuirlos de manera digital.
- Dinámicas: ofrecer productos gratis a cambio de una interacción con el cliente afianza la relación con la persona. Para una idea más clara sobre cómo implementar este tipo de campañas consulta nuestra nota sobre gamificación.
Las promociones son un gran aliado si se sabe manejar los costos extras que implican y calcular adecuadamente cómo solventar los descuentos.